Dow AgroSciences llevó a cabo su tercera edición «Campus de Malezas», el 5 y 6 de julio, en el Auditorio Campus de la Universidad del Salvador, con más de 700 asistentes presenciales y otros 650 online a través de Canal Agrositio que transmitió vía streaming.
El evento contó con la presencia de los expertos en control de malezas para tratar las problemáticas actuales en un espacio de intercambio y conocimiento.
Por su parte, Rafael Frene, Líder de Desarrollo de Herbicidas de Dow AgroSciences, habló acerca del lanzamiento del Sistema de control de malezas Enlist que incluye la tecnología Colex-D para solucionar dos riesgos fundamentales: deriva y volatilidad en herbicidas.
En la segunda jornada estuvo presente el Ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, quien en su discurso de apertura destacó que «estamos viviendo momentos de incentivo en el ámbito agropecuario por lo que representa Argentina como jugador central de biotecnología».
El panel de Malezas, junto a Rafael Frene. (Foto: Nacho Calderón)
La bienvenida estuvo a cargo de Mariano Murias, líder de portafolio de Herbicidas de Dow AgroSciences, quien remarcó la necesidad de hacer frente a los próximos desafíos. “El mundo sigue creciendo y sigue necesitando más comida y mejor calidad de alimentos. Vemos muchas oportunidades y desafíos en un contexto global que nos demanda”, expresó.
En el Panel de Malezas tolerantes y resistentes se trataron las principales problemáticas que afectan el actual sistema agrícola argentino, en el cual disertaron Marcelo de la Vega, Profesor adjunto de la Cátedra de Terapéutica Vegetal de la Universidad Nacional de Tucumán; Diego Ustarroz de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) INTA Manfredi; Ramón Gigón del INTA Barrow y Marcelo Metzler del INTA Paraná.
“El foco principal de evolución se dio en Salta; y hay más incidencia en el norte que en el sur debido al clima. Gracias a la biotecnología vivimos una luna de miel muy interesante, que en su momento nos la dio el glifosato, en donde no tuvimos malezas presentes por mucho tiempo. Pero cada vez hay menos laboratorios que investigan y por ende aparecerán menos productos en el mercado para combatirlas”, enunció de la Vega.
«Daniel Fada, del Servició Tecnico de Dow AgroSciences es la persona que tal vez sepa más acerca de malezas en el NOA. Con él comenzamos un sueño, el del manejo sustentable de las mismas. Es que, si no se conoce al enemigo, no se sabrá cómo ejercer su control”, remarcó el especialista.
Entre las principales malezas resistentes al glifosato detectadas en la Argentina, de la Vega mencionó al «sorgo de Alepo» (Sorghum halepense), «raigrás anual» (Lolium multiflorum), «raigrás perenne» (Lolium perenne), «yuyo colorado» (Amaranthus quitensis y Amaranthus palmeri), «capín» (Echinochloa colona) y «pata de ganso» (Eleusine indica).
“La aparición de especies como Amaranthus palmeri o bien Urochloa Panicoides afecta áreas de Tucumán, pero también hay sospechas en el norte de Córdoba, Santiago del Estero, Chaco y Salta”, enumeró De la Vega, y recomendó: “El secreto está en conocer bien el lote, estar encima de él, atender a gramíneas adaptadas a siembra directa y lograr éxito en el barbecho. Los sistemas no son simples. Las malezas evolucionaron. Hay cambios desde lo operativo (la manera de hacer las cosas), desde lo epistemológico (manera de pensar las cosas) y desde lo ontológico (manera de entender la realidad)”.
“La bala de plata no reside en la biotecnología, ya que habrá menos laboratorios que investiguen y por ende menos productos en el mercado, sino que está implícita en cada productor y técnico. Hay que salir del sistema y no encerrarse para verlo mejor, ya que los sistemas no son iguales unos entre sí”, concluyó.
A continuación, Ustarroz se refirió a las especies resistentes a herbicidas, sobre todo a las gramíneas resistentes a glifosato. “Hay herbicidas residuales que tienen control total sobre la semilla; pero la clave pasa por saber cuándo nace la maleza para entender cuándo aplicar un herbicida residual. Por ejemplo, el control pre emergente de Chloris Virgata con herbicidas residuales como la combinación de Sulfom con Clorim, en soja convencional proporciona una cobertura del 100%, pero en maíz no hay ningún producto evaluado al momento que ejerza un control al 100%”, explicó.
“El hecho de tener un biotipo de sorgo de Alepo resistente a glifosato y graminicida nos da una idea de cómo se puede complicar el control si seguimos manejando los sistemas con numerosas aplicaciones de graminicidas todos los años; por lo tanto, para gramíneas anuales sugiero utilizar herbicidas residuales con diversos sitios de acción, tal es el caso del S-Metolacloro que resulta ser una excelente herramienta ya que hay muy pocas especies con resistencia a este producto, o bien el empleo de inhibidores de ALS como Diclosulam o Ligate STS que dan buenos resultados en gramíneas”, dijo.
El especialista también hizo referencia al «yuyo colorado», que ingresó hace un par de campañas en la zona centro- norte de la provincia de Córdoba: “Se incrementó mucho este año y los inhibidores de ALS no pueden ser aplicados de manera individual, sino que deben ser mezclados con otros herbicidas como inhibidores de la PPO (Protoporfirinógeno Oxidasa) para así controlar las gramíneas y evitar la resistencia”.
Hay que tener en cuenta que rotar cultivos no siempre trae aparejado rotar los modos de acción. De acuerdo a Ustarroz, “si hacemos un maíz en diciembre y realizamos 3 aplicaciones de graminicidas previo a la siembra, y al año siguiente hacemos soja y realizamos nuevamente 2 o 3 aplicaciones de graminicidas, eso no significa que rotemos los modos de acción; se trata de un problema que no se solucionará a corto plazo”.
Y recomendó: “El productor siempre querrá sembrar tarde su maíz hacia la segunda quincena de diciembre y primera de enero. Pero con el tiempo, es mejor sembrar más temprano y utilizar herbicidas residuales y postemergentes selectivos para el cultivo en la zona centro y norte de Córdoba, y dar la chance de usar herbicidas residuales en septiembre- octubre y después nuevamente en diciembre para evitar la aplicación excesiva de graminicidas”.
A la hora de hacer un correcto manejo de malezas, Ustarroz sugirió rotar cultivos y hacer Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), “lo que consiste en mantener el terreno con un cultivo implantado que compita con las malezas e inhiba la germinación de semillas (trigo, cultivos de cobertura, siembras tempranas) y utilizar herbicidas preemergentes y postemergentes con diferentes tipos de acción, monitoreando los lotes luego de las aplicaciones”.
A su turno, Ramón Gigón, abordó la problemática de malezas en el sur de Buenos Aires resistentes a múltiples herbicidas, de entre las cuales destacó al «raigrás» o Lolium rigidum, que históricamente ha provocado daños en la producción de cereales de invierno pero también en los últimos años aparece como problema en barbechos a cultivos de verano como la soja, la Poa annua, Lolium perenne multiflorum, Avena fatua y Raphanus raphasitrum.
El uso de mezcla de herbicidas con diferentes sitios de acción es una práctica agronómica para manejar y prevenir el avance de malezas resistentes. “La maleza más compleja a nivel mundial es el raigrás. Para efectuar un método rápido de detección de gramíneas resistentes, no hay que aplicar una misma receta porque los comportamientos son diferentes. La clave está en conocer la dinámica de emergencia. Para abordar esta problemática, estamos efectuando programas de manejo de malezas en donde rotamos modos de acción incorporando herbicidas residuales en pre emergencia y después terminamos el control con herbicidas específicos de post emergencia. La idea es meter 3 o 4 modos de acción en un programa durante el año para evitar que esa maleza genere múltiple resistencia”, indicó Gigón.
También habló de la Avena fatua, a la cual calificó como “una maleza histórica del sur de Buenos Aires”, la cual, pese a que no genera resistencia como el «raigrás», «sí presenta casos particulares de resistencia a los graminicidas. La idea es rotar modos de acción incorporando algún residual”, destacó.
Por último, Gigón hizo referencia al complejo de crucíferas en donde entran el «nabo» (Brassica campestris), «mostacilla» (Rapistrum rugosum) y el «nabón» (Raphanus sativus), los cuales generan problemas de resistencia al grupo de herbicidas inhibidores de la ALS, “con lo cual estamos planteando algunos programas de manejo en donde entran otros modos de acción tales como PPO (en particular el flumioxazin), o bien en herbicidas residuales, algunos HPPD o blanqueadores como la Flurocloridona; y en post emergencia se sigue utilizando el primer herbicida que es el 2,4-D que sigue combatiendo las malezas complicadas”, enunció.
Por último, Marcelo Metzler, de la EEA INTA Paraná, expuso acerca de las malezas de Entre Ríos y Santa Fe, destacando Conyza sumatrensis y C. bonariensis, Amaranthus, «sorgo de Alepo», Echinochloa y Chloris. “La tecnología de colocación, la competencia de las malezas, el uso adecuado de coadyuvantes que muchas veces representa la diferencia entre el éxito y el fracaso de la aplicación son aspectos importantes a tener en cuenta”, destacó.
Metzler referenció al activo, Arylex del herbicida Texaro como el nuevo estándar para el control de «rama negra» en barbecho químico de soja, ya que permite una «excelente acción residual, y un amplio espectro de control de malezas de hoja ancha y gramíneas anuales”. E insistió en la prevención, en el manejo y no desesperar por soluciones al corto plazo. “Es importante cortar los rizomas para aumentar la susceptibilidad y mejorar la eficacia de los graminicidas favoreciendo el uso de mecanismos de acción diversos”.
Para Metzler, el técnico no debe encarar la problemática de malezas con estrategias aisladas, sino que debe pensar en manejo. “No tiene sentido sembrar la soja en fecha óptima cuando tengo el 85% de la población de Amaranthus por nacer. En este caso, es más difícil controlarlo con post emergencia. Consideremos que el 80-90% de la emergencia se da en octubre- noviembre, lo que depende de las temperaturas y las precipitaciones. Es fundamental implementar el uso de mezclas de tanque para ampliar espectro de control y disminuir riesgo de aparición de resistencia”, argumentó.
El Sistema de control de malezas Enlist Colex-D
Rafael Frene, Líder de Desarrollo de Herbicidas de Dow AgroSciences, habló acerca del lanzamiento del Sistema de control de malezas Enlist. “Se trata del desarrollo de una nueva tecnología compuesta por Traits y soluciones herbicidas entre las cuales está el Enlist Colex-D que lanzamos en este evento, el cual consiste en una nueva formulación del 2,4 D que aporta volatilidad cero y reducciones significativas de deriva en más de un 90%, lo que hace segura su aplicación. Cuando esta tecnología salga al mercado, vendrá acompañada de un programa de manejo y asesoramiento en el uso de las nuevas herramientas que ayudarán a que las mismas sean sustentables en el tiempo».
(Foto: Nacho Calderón)
La aprobación de la tecnología del trait y de los herbicidas ya fue efectuada en nuestro país, así como también en Estados Unidos y Canadá. “La tecnología será lanzada cuando el receptor de la producción de soja, que es China, apruebe el evento del mismo modo en que aprobó la recepción de soja Intacta o soja resistente a glifosato. Se espera la aprobación de China como receptor de grano para 2017. Es un hecho revolucionario e innovador porque dará solución a problemas de malezas como Amaranthus, conyza y gramíneas resistentes, las que hoy se resuelven a medias en términos de eficacia, y encima a altísimos costos. Enlist será una opción en cualquier región del país dependiendo de la problemática”, finalizó.
«Argentina pica en punta en biotecnología»
En la segunda jornada, el minestro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, destacó que “estamos viviendo momentos de incentivo en el ámbito agropecuario por lo que representa Argentina como jugador central de biotecnología. Buscamos desatar las potencialidades de nuestro país y profundizar el diálogo entre los diferentes actores del sector, ya que es la única manera de plantear decisiones eficientes que permitan resolver los problemas en el momento en que hay que resolverlos».
«Nuestro norte es el desarrollo absoluto de la tecnología agropecuaria. A lo largo de los últimos 20 años la Argentina fue puntal tecnológico en el mundo, por eso no nos costará adaptarnos a lo que es hoy la política de medio ambiente que se discutió en París, ya que la COP21 la iniciamos mucho antes con la revolución de la Siembra Directa y la seguiremos mejorando”, sostuvo Buryaile.
Juan Carlos Rojas, Gerente General de Dow AgroSciences Cono Sur; Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile y Patricio Naveyra, Gerente de Asuntos Públicos y Gobierno de Dow AgroSciences Latnoamérica Sur. (Foto: Nacho Calderón)
“Tenemos que analizar lo que se hizo como lanzamiento impositivo hace poco, y es que más allá de devolver las retenciones, hemos contribuido a la rotación de los cultivos, algo que hace muchos años que no sucede en nuestro país, teniendo una visión ambiental de lo productivo, pero también, productiva de lo ambiental», indicó.
Buryaile también destacó que desde el 10 de diciembre el Ministerio trabaja para generar políticas en materia biotecnológica, ciencia e investigación a través de sus organismos descentralizados como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el SENASA.
Y, por último, se refirió a la situación actual en el comercio de granos y semillas: «Nosotros vamos a enviar una Ley de Semillas que promueva el desarrollo tecnológico, que garantice el uso propio acotado de los productores, asegurando que detente el uso propio pero que al mismo tiempo haga sustentable el desarrollo de la industria”.
“Para el Gobierno, el ámbito agropecuario no es sólo un sector de ingresos fiscales, sino un sector social mucho más importante que hace que el desarrollo de cada uno de los pueblos del interior del país sea el progreso armónico y equilibrado de la Nación, porque crea arraigo en la Tierra y desarrollo local”, concluyó Buryaile.
Ganar eficacia en la aplicación
Más tarde, Marcus Gandolfo, de la Universidade Estadual do Norte do Paraná (Brasil), trató aspectos referidos a la calidad de aplicación y brindó las ventajas de una buena formulación y cómo lograr eficacia y beneficio de los productos.
“El primer análisis parte de la boquilla para adentro, es decir, cómo configurar una pulverizadora para promover la aplicación con la misma dosis en toda el área y así optimizar la aplicación del producto; en tanto que el segundo análisis es de la boquilla hacia afuera, entendiendo cuáles son los factores que afectan en términos de evaporación, deriva o flotación de la gota, que puede no sólo reducir la dosis del producto en el área en que fue pulverizado, sino también producir una contaminación fuera del área”, comentó.
Consultado sobre el lanzamiento del herbicida Enlist Colex-D, Gandolfo detalló que el mismo reúne “un cúmulo de conocimiento e innovación sorprendente de parte de la Industria y presenta una oportunidad fantástica de reducir la pérdida por deriva. En la medida en que tenemos una oferta tecnológica más segura, podemos usarla con una variación climática más amplia, propendiendo a que el producto permanezca en el área en que debe actuar y ejerza control de los agentes de daños”.
Y resumió: “Los problemas y la tecnología han evolucionado en caminos diferentes, por eso, en la medida en que el productor se distancia de la adopción de innovaciones, también se distancia de las oportunidades de mejora para incrementar el control y reducir los niveles de los desafíos que deberemos enfrentar en América del Sur para mantener el potencial productivo y que el mismo trabaje de forma segura”.
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