El Departamento de Comercio de Estados Unidos aumentó los aranceles impuestos en año pasado contra la aceituna negra de España después de los dictámenes de investigación sobre antisubvención y antidumping.

En el primer caso, el organismo impuso un arancel medio del 14.75% frente al 4.47% provisional establecido en noviembre. Y como resultado de la segunda investigación se impone un arancel medio del 20%, frente al provisional del 17.13% establecido en el mes de enero.

En declaraciones periodísticas, el director general de la FIAB (Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas), Mauricio García de Quevedo, dijo “hay mucho temor”.

El dirigente empresario está seguro que España, con el incremento de estos aranceles, perderá prácticamente el mercado americano de aceituna negra.

Y explicó que la administración Trump cuestiona -a través de este impuesto a la aceituna española- la PAC en su conjunto.

García Quevedo comentó que la administración americana sigue manteniendo que las ayudas de la PAC recibidas por los agricultores de aceituna de mesa no son compatibles con la normativa de la Organización Mundial del Comercio.

“El arancel se puede hacer extensivo a todas las categorías. Es un tema que vemos con mucha preocupación y que nos parece injusto, habrá que pelearlo a nivel español y de la Unión Europea (UE) para que no siga adelante”, advirtió.

El aceite de oliva, el vino, las conservas y la aceituna son los sectores que más exportan a Estados Unidos, que en 2017 compró alimentos y bebidas españoles por valor de € 1.659 M, lo que supone el 5.5% de todas las ventas al exterior de esta industria.

Ante este escenario, Antonio de Mora, Secretario General de Asemesa (Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa), reiteró su petición a todas las Administraciones, especialmente a la Comisión Europea, para que defiendan al sector con la misma contundencia que están empleando en los casos del acero y el aluminio porque, además, está en cuestión el modelo de ayudas de la UE a los sectores agrícolas.

«Este precedente puede provocar que cualquier sector agrícola de cualquier país, que compita con productos de la UE que reciban ayudas de la PAC, pida a su gobierno que actúe como lo está haciendo EE.UU.», afirmó.