El ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay expresó que «era muy importante para nosotros conseguir este acceso al mercado. Sin acceso al crédito hubiéramos tenido que hacer un ajuste fiscal en lugar de una estrategia gradualista para el déficit fiscal».

Y sostuvo que «hubo ofertas por USD 69.000 M», al tiempo que anticipó que «será la última oferta de bonos en el año, en el mercado de los Estados Unidos».

Precisó que «las dos terceras partes de los inversores son de los Estados Unidos y una cuarta parte son de la Unión Europea».

Prat Gay(Crédito: Télam)

Según comentó Infobae, la emisión se dividió en cuatro títulos, uno a tres años, con una tasa de interés de 6.25% anual (USD 2.750 M); a cinco años, con una tasa de 6.875% (USD 4.500 M); a 10 años y tasa de 7.50% (USD 6.500 M) y el de mayor plazo, a 30 años, por USD 2.750 M y un rendimiento de 7.625% anual.

Anunció que la licitación tuvo una tasa promedio de 7.2%, en su retorno al mercado mundial de deuda desde su default de 2001. «La mancha del ‘default’ de 2001 se cierra definitivamente», dijo.

«El viernes, cuando se acrediten los fondos en nuestra cuenta, pagaremos USD 9.300 M. Logramos 220 acuerdos con ‘holdouts’ de distinto tamaño», añadió.

«Nos decían que no íbamos a conseguir este dinero, que teníamos que pagar una tasa del 8.5% a 10 años y conseguimos financiarnos a una buena tasa promedio del 7,14% que igual vamos a seguir trabajando para bajarla», destacó.

«Conseguimos una quita del 40% y resolvemos un problema», ponderó, quien recordó que «acá había dos defaults, el gobierno de la convertibilidad y el del kirchnerismo que desde 2014 no podía pagar los cupones de los que habían entrado voluntariamente al canje».

Remarcó, además, que el acuerdo con los holdouts «no es para quedar bien con el exterior», sino «para que los argentinos tengan empleo digno y para que los empresarios vuelvan a invertir».

«Este es un año complejo de vencimientos y por eso es tan importante el programa financiero. Los organismos internacionales no tenían necesariamente un impedimento de jure, pero sí de facto. Era mucho más difícil prestarle a la Argentina si está en default», admitió.