El Instituto de Ingeniería Rural del INTA presentó una herramienta que simplifica las tareas, reduce el consumo de combustible y contribuye a evitar el avance de la degradación del suelo.

Con una producción anual que ronda las 18 MTns, repartidas en más de 270.000 Has, la caña de azúcar es clave en la economía regional de Tucumán, Salta y Jujuy.

El prototipo se encuentra en etapa de desarrollo del modelo comercial.

Caña final(Foto: INTA)

La nota aparecida en el último boletín del INTA Informa, señala que Omar Tesouro, investigador del Laboratorio de Terramecánica e Implantación de Cultivos del Instituto de Ingeniería Rural del INTA (IIR), explicó que “esta herramienta reemplaza cuatro labores y logra reducir el consumo de combustible en más de 40 Lts de gasoil/Ha”.

Al calcular la diferencia en el costo operativo de la maquinaria, “estimamos que la reducción es de aproximadamente 100 USD/Ha implantada, ya que se tendrían menos máquinas y se requerirían tractores de menor potencia”, señaló Tesouro, y calculó: “Esto permitirá un ahorro anual de $ 32 M en combustible para el sector, según información recabada a campo por técnicos del INTA Famaillá, Tucumán”.

Este desarrollo, que posibilitó iniciar un ensayo de una nueva tecnología de cultivo (labranza en franjas) en la experimental del INTA en el año 2013, más que una máquina “es un aparato de medición, pues está completamente instrumentado para obtener datos de la reacción del suelo y para medir su demanda de energía”, expresó.

De hecho, un estudio sobre el requerimiento energético de las labores utilizadas en el cultivo de caña, determinó que “la demanda de energía superaba fácilmente a la esperada y eso se debía, en gran parte, al estado de degradación que presentan los suelos del área cañera”.

El objetivo inmediato es que el prototipo pueda preparar 2 o 3 surcos en forma simultánea en lugar de 1; además, en el marco del Programa Nacional de Cultivos Industriales, ya piensan en aplicar esta técnica –con algunas variantes– en otros cultivos industriales.