Es cordobés. Chef de profesión. Emigró a Marbella. Allí,  hace 13 años fundó un restaurante «Messina», en honor a la ciudad de origen de sus abuelos. Y acaba de recibir la estrella Michelin, una suerte de Oscar para los cocineros. Un lujo argentino.

En diálogo con Díaz de Campo, explicó «si bien no fue un camino fácil, siempre lo hemos disfrutado. Estamos en una ciudad que es el foco turístico del país».

Giovanini

Al momento de definir su cocina, Mauricio contestó «nunca fui muy amigo de las modas. Lo más cercano a lo que hago sería decir que es cosmopolita. Algo de italiana, francesa, española y mis gustos personales: mexicana, japonesa. Te diría que es una cocina sin límites, donde la importancia número uno es el sabor y en donde nuestra bandera es la técnica».

Pero no se olvida de sus orígenes. Por eso se involucró en un proyecto en Córdoba, en Villa Calamuchita, que se inaugurará en 2017: Molvento, un pueblo gastronómico con 11 restaurantes.

Y al momento de dar un consejo a los nuevos cocineros argentinos afirmó «primero saber qué tenemos. Y a partir de allí, construir su propia identidad. Sobre todo para recuperar el lugar que merece la Argentina».

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