El bioquímico inglés Richard John Roberts, Nobel de Medicina en 1993, pidió a los grupos ecologistas que «dejen de asustar al mundo» con sus mensajes sobre los alimentos transgénicos y afirmó que tras 25 años de consumo de estos productos no hubo incidentes en la salud.
Roberts, que intervino en Valencia en el primer Congreso Internacional sobre Pobreza y Hambre, organizado por la Universidad Católica de Valencia, es impulsor de la carta publicada el pasado mes de junio por 110 premios Nobel apoyando el cultivo de transgénicos.
Según consigna el portal Efeverde, en un encuentro previo con los periodistas, el premio Nobel de Medicina dijo que “ha llegado el momento de que Greenpeace y los partidos verdes dejen de asustar a todo el mundo” con sus mensajes contra los transgénicos, un mensaje que a su juicio “les va muy bien” para conseguir fondos económicos, pero “está yendo muy mal a los países en vías de desarrollo y que tienen hambre”.
Roberts fundamenta sus afirmaciones en la investigación científica y en que “llevamos 25 años ya consumiendo alimentos transgénicos o animales que han consumido alimentos transgénicos y no ha aparecido ni un solo incidente de salud relacionado con ese consumo”, ni tampoco, ha añadido, en el medio ambiente.
El bioquímico inglés fue acompañado por el microbiólogo Wemer Arber (Gränichen, Suiza, 1929), premio Nobel de Medicina en 1978, y el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, y uno de los colabores más cercanos del papa Francisco en la elaboración de la encíclica “Laudato si”.
El microbiólogo suizo manifestó que “ahora es cuando estamos empezando a entender la contribución genética a la biodiversidad, aunque todavía queda mucho espacio de aprendizaje”.
Arber agregó que hay que tener “mucho cuidado en no destruir la enorme riqueza de biodiversidad que tenemos en la naturaleza”, y advirtió que la “población está creciendo en el planeta y si no tenemos cuidado, en unos pocos siglos se destruiría la biodiversidad que existe”.
Por su parte, el obispo Marcelo Sánchez Sorondo dijo que “no es verdad la tesis que maneja la FAO de que hay suficiente alimentos para todos y es un problema solo de distribución”.
Según Sánchez Sorondo, hay que contemplar que la producción de los alimentos y las semillas transgénicas modificadas genéticamente «han duplicado la capacidad de alimentos en el mundo”, y que el proceso transgénico lo que hace es “copiar los mecanismos evolutivos de la naturaleza anticipando el camino de su potencialidad”.
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