La tasa de crecimiento de la productividad agrícola en el mundo no ha logrado alcanzar niveles óptimos y, a menos que se logre revertir esta tendencia, el mundo podría no ser capaz de producir, de manera sostenible, los alimentos, la fibra y los biocombustibles requeridos por una población mundial que crece rápidamente.

Esta fue una de las conclusiones más importantes del Informe sobre la Productividad Agrícola Mundial (2016 GAP Report), presentado este miércoles en Iowa (Estados Unidos) elaborado por la organización Global Harvest Initiative (GHI), titulado Sustainability in an Uncertain Season (Sostenibilidad en una Época Incierta)

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Según el estudio (cliquear aquí), la evaluación anual del crecimiento de la productividad mundial de la GHI (el GAP Index) muestra que el ritmo actual de crecimiento es de 1.73%.

Como socio consultivo de la GHI, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) contribuyó a la elaboración de este informe brindando ejemplos del trabajo que ha llevado a cabo en sus países miembros.

De acuerdo con el informe, para mejorar la productividad agrícola no solo se debe producir más o lograr rendimientos más altos, sino también maximizar el uso de los recursos naturales y reducir el impacto generado en ellos.

El análisis indica que América Latina y, particularmente, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en el Cono Sur, constituyen una de las zonas de exportaciones netas de productos agrícolas más grande del mundo.

Estos países, y otros en dicha región, pueden aumentar su productividad para abastecer, de manera sostenible, de alimentos y otros productos agrícolas a la población mundial.

El informe recomienda la formulación de políticas y el desarrollo de innovaciones en cinco áreas clave, estas son:

1. Invertir en investigación, desarrollo y extensión agrícolas públicas.

2. Adoptar, personalizar y difundir tecnologías con una base científica.

3. Aumentar la participación del sector privado en la agricultura y el desarrollo de infraestructura.

4. Cultivar alianzas para lograr el crecimiento agrícola sostenible y una mejor nutrición.

5. Ampliar el comercio agrícola regional e internacional y armonizar las normas correspondientes.