El Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas advirtió que la informalidad existente en sus distintas manifestaciones –impositiva, sanitaria, comercial, previsional y ambiental– constituye la verdadera barrera para la llegada de nuevas inversiones en la producción y en la industria, impidiendo que la cadena de valor exprese todo su potencial económico y perjudica la creación de empleos, mayores recursos para el estado y mejores productos para la población.

“Entendemos que este es el momento perfecto para que el Gobierno adecue las reglas y haga el control necesario para que los actores de la cadena las cumplan”, sostuvo Mario Ravettino, Presidente del ABC.

Ravettino finalMario Ravettino, titular del ABC.

Y agregó: “A pesar de las fenomenales oportunidades que ofrece el mercado mundial y doméstico al desarrollo del sector, las equivocadas políticas públicas implementadas durante décadas nos han aislado de estas plazas causando perjuicios para la propia industria bovina y para el bienestar general de los argentinos”.

Ravettino comentó que la informalidad del sector está dada por la existencia de actores inescrupulosos en toda la cadena: la producción ganadera (cría, invernada), en la industria frigorífica y en la comercialización de ganados y carnes, que logran beneficios extraordinarios a partir de la evasión del IVA, de los impuestos a las Ganancias, Ingresos Brutos y cargas sociales, además de tasas municipales.

Las prácticas usuales de evasión impositiva a las que recurren son la venta informal –“en negro”–, la reducción del precio y del peso –“achiques”– y el “cambio de categoría”, que consiste en declarar la venta de animales de categoría inferior.

Respecto a la evasión de cargas sociales, la misma se concreta empleando personal no declarado, o pagando complementos de sueldo “en negro”. La disparidad salarial existente entre los operadores de la industria frigorífica atenta seriamente el bienestar laboral de los trabajadores. El crecimiento de las cooperativas de trabajo es una reciente forma de evasión ya que los asociados evaden los compromisos de la legislación laboral.

La evasión sanitaria genera competencia desleal en perjuicio de las empresas formales que cumplen con todas las normas para preservar la inocuidad de las carnes, existiendo la posibilidad de afectar la salud de los consumidores.

La violación de las normas comerciales, por ejemplo el peso mínimo de faena y la utilización de matrículas irregulares, está asociada a las otras formas de evasión, con el agravante de que se falsea documentación pública al sub-declarar el peso en los romaneos.

La evasión ambiental no es un tema menor en tanto que, además de generar condiciones de competencia desleal, resulta en un grave perjuicio para la comunidad toda.

Como puede observarse, el problema de la evasión es sistémico y convoca a diferentes sectores de la Administración Nacional y Provinciales para su control y solución (AFIP, Ministerio de Agroindustria, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, SENASA en la Nación y las correspondientes administraciones provinciales con competencias en esas materias y con poder de policía, entre otros).

Evadir resulta redituable si no existen controles.

Los salarios representan aproximadamente 7% de los ingresos por ventas totales de la empresa. Las cargas sociales– tasa de aportes patronales y contribuciones del personal- totalizan alrededor de la mitad de ese guarismo.

La suma de los diferentes tributos y cargas IVA 10,50%, IIBB 1,75% (impuesto propio, sin retenciones ni percepciones), Impuesto a los débitos y créditos bancarios 1,20%, cargas sociales 3,50%, totaliza una incidencia sobre ventas del 17% sin contabilizar otros impuestos (Imp. Ganancias, sellos municipales, etc.).

Si bien no existen datos oficiales sobre la evasión impositiva y previsional, hay un consenso entre los operadores que la suma de tales prácticas distorsivas en la cadena de valor es de aproximadamente 6 $/Kg res en gancho, es decir unos 0,40 USD/Kg. Dado que la producción proyectada para el próximo ejercicio seria de 2.700.000 tn peso res, la evasión rondaría en USD 1.080.000.000.