Puigdemont en el Parlament. (Foto: Albert García / El País)
Al final, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no se aparte de su estrategia, caiga quien caiga. Hoy en el Parlament catalán declaró la independencia de Cataluña pero pidió suspender, durante varias semanas, los efectos de esa declaración “para emprender un diálogo, para llegar a una solución acordada para avanzar en las demandas del pueblo de Cataluña”. “Con los resultados del 1 de octubre, Cataluña se ha ganado el derecho a ser un estado independiente”, dijo. “Si todo el mundo actúa con responsabilidad, el conflicto se puede resolver de manera serena. Por nosotros no quedará”, indicó.
Y según consignó El País de España, entre otras cosas, afirmó:
- “Asumo el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república».
- “Hay un consenso amplísimo y transversal por el que el futuro lo tenían que decidir los catalanes a través de un referéndum”.
- Respecto de la reacción del gobierno español interpretó que “una negativa radical y absoluta y combinada con la persecución de las instituciones catalanas”.
- “No somos unos delincuentes, ni unos locos, ni golpistas ni abducidos”.
- “No tenemos nada contra España y los españoles”, pero la “relación no funciona”.
El mandatario también habló de los «violentos ataques policiales», cuyo objetivo era «sembrar el miedo» y que «el pueblo de Cataluña reclama desde hace años libertad para poder decidir y no hemos encontrado interlocutores en el pasado ni el presente».
A la hora de escuchar a los legisladores, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, acusó al presidente de la Generalitat de poner «en riesgo la autonomía» catalana y al Parlament con su proceso hacia la independencia.
A su turno, el líder del PSC, Miquel Iceta, consideró que el presidente catalán «no puede suspender una declaración (de independencia) que no ha hecho» y le ha pedido convocar elecciones para que los catalanes voten «con garantías», porque «no queremos volver atrás 300 años ni cuarenta». También le reprochó que «asuma un mandato discutible y proponga suspender una declaración no hecha. No se puede suspender una declaración que no se ha tomado».
Por su parte, el presidente de Catalunya Sí Que Es Pot, Lluís Rabell, consideró que el momento actual requiere «valentía y coraje» para acometer un diálogo que permita la celebración de un referéndum acordado, con reconocimiento y con garantías, a diferencia del 1-O, que no ha dado este mandato.
«El Estado de derecho no va a permitir ninguna república independiente de Cataluña. ¿Usted pretende declararla? No nos ha quedado muy claro ya que juegan al despiste», expresado el líder del PP catalán, Xavier García Albiol. «Cataluña y España no pueden seguir ni un minuto más instalados en esta inseguridad. Llegará un día en que todos recordemos con vergüenza este periodo negro, en que muchos de ustedes negarán haber formado parte de este proceso de segregación».
Y finalmente, la diputada de la CUP Anna Gabriel, afirmó: «Pensamos que lo que iba a suceder era la proclamación solemne de la república catalana. Creíamos que hoy era lo que tocaba hacer y tal vez hemos perdido una ocasión, y decimos tal vez, porque el único medio de negociación con el Estado español es la república catalana».
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