Andrés Pedreño, pionero tecnológico español, selecciona los avances que están cambiando el mundo. Y lo cuenta en El País (ver aquí)

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1) Inteligencia artificial (IA)

La inteligencia artificial está presente en todas las revoluciones que vienen: la de los drones, la conducción autónoma, los descubrimientos científicos, los servicios personalizados digitales, la robótica, el big data.

Lo que viene. El desarrollo de la IA ayudará al ser humano a multiplicar sus capacidades (imaginen un chip bajo la piel, una red neuronal que guarde datos y vivencias) y podrá crear máquinas que sobrepasen al ser humano en talento hasta llegar a retos inimaginables, desde avanzar en el conocimiento científico a ritmos exponenciales a, por qué no, ¿conquistar la galaxia?

2) Medicina personalizada y cirugía robótica

La aplicación de la inteligencia artificial en la medicina, la nanomedicina, la información analizable que proporciona el genoma humano. Todo ello redundará en una medicina altamente personalizada, con más potencial de diagnóstico anticipativo.

Lo que viene. Las expectativas se centran en la administración de medicamentos aplicados con precisión a los tejidos u órganos donde está localizado el problema (nanopartículas para llevar fármacos donde se necesiten). Esto tiene una importancia enorme por ejemplo en la lucha contra el cáncer, al combatir selectivamente las células malignas. Incluso la cirugía estará en pocos años mucho más robotizada, será menos invasiva y tendrá un potencial de precisión mucho más elevado. También los avances en las técnicas (como el método CRISP, un sistema genético de defensa contra virus) que permiten modificar de forma fácil y barata el ADN y supondrían un gran avance para la terapia génica y el tratamiento de enfermedades como el cáncer o la fibrosis quística.

3) Nuevos materiales

La creación de nuevos materiales artificiales, especialmente los vinculados a los avances en el mundo invisible de la nanotecnología, pueden revolucionar nuestro mundo. No dejan de aparecer creaciones como el aerografeno (el material más ligero del mundo), la upsalita (muy absorbente) y la espuma de titanio (material altamente resistente y ligero).

Lo que viene. El reto para los próximos años está en hacer viables industrialmente los avances actuales en aplicaciones y productos concretos. No en todos los casos la aplicabilidad industrial está garantizada. Algunos expertos aseguran que en una década los avances en la nanociencia harán posible la denominada nanotecnología molecular, la capacidad de transformar la materia, el sueño de la alquimia de convertir los residuos contaminantes en oro. Si esto finalmente se alcanzara los economistas nos veríamos en la necesidad de jubilar nuestro paradigma de los recursos escasos y pasar al de la economía de la abundancia.

4) Ciudades Inteligentes y el Internet de las cosas

La vida urbana va a cambiar de forma radical a lo largo de la próxima década empujada por el auge de las llamadas smart cities (ciudades inteligentes) cuya transformación se basa en el Internet de las cosas y la sensorización.

Lo que viene. Estamos ante un mercado de trillions of dollars para los gigantes tecnológicos, lo que facilita el interés por su desarrollo. Las smart cities ponen de relieve el potencial de la sensorización: el mundo de los sensores puede revolucionarlo todo y son aplicables a ciudades, infraestructuras, edificios, hogares, procesos. La tecnología que puede hacer una ciudad más eficiente y habitable abarca desde el uso de nuevos materiales o formas de energías a la digitalización, las toneladas de información detallada recabadas por dispositivos como los beacons, o la propia realidad virtual que transformará nuestra forma de comprar, aprender o entretenernos.

5) Energías limpias

Nuestra dependencia de los combustibles fósiles se está reduciendo progresivamente. Los avances tecnológicos propiciarán el aprovechamiento racional de una energía más limpia y barata. Una necesidad urgente a la que obliga el avance del cambio climático y el deterioro medioambiental de las grandes ciudades, cada vez menos habitables.

Lo que viene. Hay muchos avances que vendrán de la mano de nuevos materiales y de la mejora de la capacidad de almacenamiento de la energía (baterías o pilas de combustible). Los paneles solares aún deben incrementar mucho su rendimiento. La nanotecnología, uno de los campos disruptivos con mayor potencial e impacto en nuestras vidas, podría acelerar mucho las posibilidades de algunas fuentes limpias de energía hoy estancadas, como la del hidrógeno, que puede convertirse en el combustible del futuro si se abarata su producción. Y tampoco hay que descartar la extensión de la energía de fusión, ahora sujeta a restricciones.

6) El dinero y las finanzas digitales

Tras la irrupción del fenómeno Bitcoin y las criptomonedas ya nada volverá a ser igual en el sistema financiero.

Lo que viene. En realidad la banca, al igual que otros sectores tradicionales, se enfrenta a la eclosión de la fintech, un desarrollo de startups e innovación sin precedentes de ámbito mundial que está reinventando el mundo del dinero y los servicios financieros a través de la tecnología digital: Desde los pagos móviles hasta el asesoramiento de asistentes virtuales a través de la IA. Nuestro observatorio sobre fintech (fin-tech.es) ha recogido en los últimos cinco años la escalada de un proceso de innovación que es difícilmente asimilable por los sistemas financieros tradicionales. Es complicado predecir si los gobiernos aceptarán un dinero digital y global, de compleja regulación, pero caben pocas dudas que que la transformación de las finanzas y la banca será radical.

7) Educación abierta online

Llevamos casi 20 años intentando comprender qué alcance y significado tiene la revolución digital en la educación. Las generaciones de nativos digitales están mostrando la necesidad de cambiar los sistemas educativos actuales.

Lo que viene. Una educación crecientemente personalizada, capaz de desarrollar tanto el talento individual como la creatividad y el trabajo multidisciplinar en equipos. Una reinvención del concepto “presencial de la universidad tradicional” que sea capaz de explotar las herramientas y recursos abiertos y online. Innovación en nuevas formas de un aprendizaje continuo, capaces de explotar la cultura digital de las nuevas generaciones, tomando la gamificación (las estrategias propias de los juegos en otros entornos menos lúdicos), y el potencial individual como base. Y si 800 años de universidad nos lo permiten, la inteligencia artificial también tendrá un papel relevante en la personalización de la educación.

8) El coche autónomo

Es una muestra del potencial de la inteligencia artificial (IA). Aunque aún deben superar muchas barreras, el coche autónomo ya representa una revolución en toda regla para el sector del automóvil, convertido en una industria 4.0 capaz de incorporar cientos de innovaciones relevantes en el vehículo tradicional.

Lo que viene. La fusión entre la tecnología de los drones y los coches autónomos permitirán el desarrollo de una nueva generación de vehículos que en no muchos años dejarán de pertenecer únicamente al género de la ciencia ficción. Existen los fundamentos básicos para lograr un coche volador. La empresa norteamericana Terrafugia ya fabrica prototipos. La NASA ha llegado a concretar que un plazo de 10 años podría haber incluso coches voladores autónomos.

9) Drones

Vamos a vivir en un mundo de drones sobre nuestras cabezas, aunque algunos gobiernos se resistan actualmente a admitirlo y hayan sobrerregulado su uso sin tomar conciencia de las múltiples posibilidades que ya tienen o las que pueden tener.

Lo que viene. Hay otros desarrollos en camino con un potencial tremendo que van desde los ensayos de distribución a domicilio de productos (Google, Amazon…) o el acceso global a Internet (Facebook quiere generar una señal de Internet a nivel mundial a base de drones y satélites), sin olvidar la propia innovación en su tecnología y forma: ya los hay que pueden posarse, ver y caminar como un pájaro.

10) Datos masivos y abiertos

En el mundo de lo digital casi todo es big data, un fenómeno que tiene por objetivo explotar cantidades enormes de datos con finalidades infinitas.

Lo que viene (o debería venir). Aquí la ciencia se une a la política. La apertura de las bases de datos gubernamentales posibilitaría más avances y servicios de valor para la población. Según un estudio del Observatorio ADEI, la economía de la Unión Europea podría crecer un 1,9% adicional con la implementación avanzada de políticas de gobierno abierto que potenciaría el big data y el open data. Los datos abiertos no solo tienen relevancia económica, son la base para la irrenunciable transparencia del sector público en cualquier país.