Según un informe de El Economista, basado en los datos de la Administración, en los últimos cuatro años se han dado de alta en el registro de maquinaria una media anual de 11.455 tractores nuevos. Sin embargo, otros 28.000 se registraron por cambio de titularidad: en unos casos por herencias; en otros, la mayoría, por compraventas de segunda mano que en su momento fueron importados ya usados.
Para el mercado exterior, España es como una especie de vertedero de tractores usados que supuso en 2016 la entrada de 2.582 unidades procedentes de una docena de países. A la cabeza se halla Japón con 1.033 unidades. Después aparece Reino Unido con 643; luego, Francia con 298. La lista prosigue con Portugal (159), Vietnam (84), Alemania (77), China (64) o Estados Unidos (46). En ejercicios anteriores también se importaron tractores de segunda mano de Singapur.
Aunque las importaciones se llevan a cabo en España, aproximadamente un 50% de los mismos tienen su destino final fuera: una parte acaba en Portugal y el resto, en países africanos. La otra mitad, se queda en España fundamentalmente para pequeñas y medianas explotaciones.
España cuenta con un parque oficial de unos 800.000 tractores, aunque la cifra de los realmente operativos se sitúa en unos 400.000. De ese volumen, más de una tercera parte supera los 20 años. De los tractores usados que se registran al año, casi un 20%, más de 5.000, tienen edades superiores a los 40 años.
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